DESDE EL OLVIDO
Dejaste a este pobre hombre desierto sin ganas de transitar nuevos senderos
abandonado en este miedo infernal ya mi boca no grita, mis ojos, te extrañan
aqui ante tantos dias iguales.
A veces amanece y oculto mis lagrimas al no depertar junto a ti
te estoy extrañando ante estas frias fotos que dejaste,
lucho con los dias interminables y cuando
aparece la noche, ella me invita a la locura
Ahora quisiera que aquella vieja que en un tiempo
puedo enseguecer a Calisto por Melibea,
hoy pudiera ayudarme al cielo entrar y a encender
otra vez la chispa que ha causado mi mal.